miércoles, 25 de marzo de 2009

Cuando todo era amarillo


Amar es combatir, si dos se besan cambia el mundo, brotan alas.
Ayer igual que hoy lo que amas nunca pierde su color.
Se regenera, vuelve a ser lo que antes era.
Brilla el sol.


Cuando yo lo conocí no explotó nada, no sonaron cascabeles en mi cabeza ni sentí ningún animal revolotear en mi estómago. Todo siguió del mismo color y yo seguí siendo la misma.
Un día una amiga puso su dedo sobre él, surgió un encantamiento efímero entre ellos que yo sabía falso además de imposible, pero así lo pude observar más de cerca y poco tiempo después en día muy azul de primavera lo descubrí realmente, me deslumbró su brillante máscara, me vi en un espejo a través de sus ojos y supe que de su mano ya no me iba a soltar.
Me enamoré absurdamente y mi mundo se llenó de mariposas amarillas, no sé si él me correspondía de la misma manera pero no me importó y me lancé al espiral dramático que es el amor, abandoné cualquier atadura que me alejara de él, dediqué mi tiempo a fundirme en los detalles de éste hombre imaginario y juntos construimos castillos de cristal que en algún momento se derrumbaron para, de entre los escombros edificar nuevos sueños, tal vez falacias pero que siempre hacen la vida más apasionante.

En su cuerpo descubrí el mío y en sus palabras encontré la verdad, aún sabiendo que eran mentiras. La máscara se fue separando de su dueño y comencé a ver la dura realidad, fría y sin los tamices del amor. Ante su figura petrificada e impenetrable yo me volví un monstruo visceral, intentando revivirlo con patéticos artificios no logré más que herir el corazón que en sus estertores aún palpitaba por nosotros.

La cruenta batalla en la que luchamos sin saber bien porqué, ambos la perdimos, y con ella una parte de nosotros se quedó en el campo. Recuerdo la hecatombe de un universo, se colisionaron dos mundos, todo se volvió sombras y polvo, se cayeron las estrellas…

Nunca he creído en el destino pero tal vez sí. De las cenizas renace el ave Fénix, de un amor muerto resurge uno renovado, si el mundo se acaba volverá a surgir otro, no será igual, no tendrá las mismas flores ni los mismos cielos, será mejor o peor pero nunca igual.

Cuando yo me enamoré de él recuerdo que todo era de un amarillo intenso…

5 comentarios:

María Cafeína dijo...

Me gustó mucho :)

Anónimo dijo...

:D

Anónimo dijo...

:P relindo señorita

Anónimo dijo...

fenomenal.

Miss Acacia Lane dijo...

me gustó mucho! realmente está muy lindo