"Yo le quería decir la verdad
por amarga que fuera,
contarle que el universo era más
ancho que sus caderas,
le dibujaba un mundo real
no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar mentiras
piadosas"
- Joaquín Sabina
Definitivamente las relaciones personales son un ejemplo claro de la utilidad de las mentiras piadosas. Son esas pequeñas frases que, ya después de un tiempo, ni nos damos cuenta que decimos, que se vuelven lugares comunes, todo con tal de no lastimar a aquellos a los que queremos.
Es una forma, un poco macabra, de quitarnos de problemas y de entablar relaciones, técnicamente, sanas (definitivamente las relaciones donde sólo se dicen verdades tienden a acabar mal). Precisamente el chiste de las mentiras piadosas es que su objetivo no es dañar a nadie, sino tratar de que no se entre en una situación no deseada por decir la verdad completa.
No sé, siguiendo la línea sabinesca, creo que en el fondo a muchos les gusta (creo que me consideraría entre ellos) dibujarse un mundo color de rosa, porque si viviéramos la realidad en su totalidad, si cada paso y cada palabra fuera un madrazo, y tuviéramos que desayunar, comer y cenar verdades que no queremos escuchar, no lo soportaríamos y... en una de esas, el índice de suicidios aumentaría :)
Definitivamente las mentiras piadosas, entendido que -para mí - son ese salvavidas trastornado de nuestra dinámica, son la leche del café de todos los días.