sábado, 30 de mayo de 2009

... la hija muy loca de una madre muy sabia








No puedo decir que he gozado de buena suerte de mi vida. La suerte es, evidentemente, algo que uno no controla. Nada más llega sin avisar. A mí me ha llegado algunas veces.

La realidad es que, a pesar del enunciado anterior, soy de lo más supersticiosa. Siempre ha sido una costumbre familiar, desde pequeña crecí con una bola de creencias de que si hacías X o no hacías Y, las cosas pasaban, eran de buena o mala suerte. La realidad es que uno termina por predeterminarse y, definitivamente, las cosas pasarán. Hasta la fecha no puedo pasar por debajo de una escalera, no puedo abrir un paraguas bajo un techo, no puedo ver un gato negro sin sospechar, la sal ni a madrazos se pasa de mano en mano y, claro - ¿por qué no? - siempre que me doy un golpe en el codo no lo sobaré porque es de buena suerte.

Me niego, absolutamente, a definir cada aspecto de mi vida para ver si tengo buena suerte o no, prefiero - por ahora, tiempo presente - decir que lo trabajé, sea para bien o para mal.

No sé... tal vez es cuestión de suerte.

El día de hoy leí una parte del "Tratado Sobre la Tolerancia" de François Marie Arouet (osea... Voltaire). Quedé completamente enamorada de sus ideas, tal vez no del hombre, y me permito enteramente a citarlo.

La superstition est à la religion ce que l’astrologie est à l’astronomie, la fille très folle d’une mère très sage.

(La superstición es a la religión lo que la astrología es a la astronomía, la hija muy loca de una madre muy sabia)


P.D. Lamento mucho mucho mucho el post terrible de hoy, ando un poco nublada.

1 comentario:

Solaris Sánchez dijo...

jajajaja see, la hija Loca jajajaja.